La Revolución es Global; Digital e Instantáneamente Interactiva.
Estamos viviendo una revolución, y esta vez no se trata de socialismo versus capitalismo, ni del oeste versus el este. Esta vez la revolución es global y se está dando en todos los continentes y pone en jaque a izquierdas y derechas. Pone en jaque a empresarios, políticos, profesores y religiosos. Esta no es una era de muchos cambios. Estamos iniciando un Cambio de Era. Tal como ocurrió a fines del siglo XV cuando la humanidad dejó atrás la Edad Media y asumió el Renacimiento.
Se están acelerando nuestros contextos de negocios y de vida. Nuestra economía ya está muy integrada a los mercados globales. Los fenómenos sociales, culturales, tecnológicos y financieros de cualquiera de las grandes economías mundiales contagian rápidamente a nuestros negocios, nuestra economía y nuestra forma de vivir. El nuevo ciclo de baja del precio del cobre inducido por China está afectando fuertemente la economía chilena. La Tesorería General de la República está sintiendo el golpe. China no volverá a crecer a tasas superiores a 8% anual. La minería chilena está haciendo esfuerzos heroicos de adaptación. Chile deberá aprender a adaptarse con mayor rapidez y naturalidad. Cada vez más frecuentemente nuevos competidores aparecen en escena con propuestas innovadoras que ofrecen más por menos. Utilizan nuevas tecnologías y nuevos modelos de negocio ágiles, flexibles; adaptables y con costos estructurales menores que aquellos de los incumbentes en la industria bajo amenaza. Primero Zara y luego H&M llegaron a competir en LATAM con Falabella y otros retailers regionales, utilizando nuevos modelos de negocio y capacidades globales. Ahora Asos.com les compite desde Inglaterra con un modelo 100% digital. Lo más reciente de lo notable es Uber, que apareció de la nada y en pocos meses puso en jaque a la industria de los taxis en centenares de ciudades del mundo. Airbnb está haciendo lo propio en la industria hotelera mundial. Mediante un Smartphone App, ambos están instalando modelos de colaboración que aprovechan capacidades ociosas de infraestructura disponible….¡Productividad de los recursos del mundo!. La novedad no es la agresividad y globalización de estos nuevos competidores. La novedad cada vez más evidente es y será el crecimiento exponencial de este nuevo tipo de ofertas, irresistibles para los consumidores globales….definitivamente, más por menos, atractiva y tan útil que se vuelve viral. Y esta vez el capital va tras el talento. Uber, fundada hace solo 7 años, acaba de levantar US$ 3,5 billones para seguir creciendo, siendo valorizada esta vez en US$ 62 billones. El capital global estará con quien tenga una innovación atractiva y viralizable.
Para actuar inteligentemente en esta revolución conviene comprender su origen y naturaleza. ¿Qué cambió para que todo esto esté ocurriendo ahora? Son muchos los ingredientes de esta sopa, pero básicamente son tres los que constituyen los principales gatilladores de esta revolución. El primero fue la Globalización, que se inició a principios de los ´80 con la apertura e integración comercial mundial que iniciaron casi simultáneamente Deng Xiaoping en China y Margaret Thatcher en Inglaterra. El factor habilitante de esta revolución fue la Digitalización, fundada en las tecnologías de los computadores desarrolladas en la década del ´50 y en la red internet creada por el Departamento de Defensa de EEUU en los ´60, pero la cual realmente se configuró con la creación del protocolo de internet aportado por Tim Berners Lee a principios de los ´90. El aportante de la chispa que disparó los cambios exponenciales fue el Smartphone creado por Steve Jobs que permitió que internet llegara a manos de 2 billones de terrícolas en 2016.
El Cambio de Era que estamos viviendo justamente consiste en que todos los seres humanos estaremos conectados a toda hora y en todo lugar que nos encontremos. Viajando en Metro en Santiago podremos tomar clases en castellano de una universidad alemana con un profesor chino. Empresas, universidades, radios, TV, periódicos están experimentando ya el inmenso impacto de esta revolución. Pero también esta está impactando a poderes ejecutivos, legislativos y judiciales de todas las naciones, así como a iglesias de todos los credos.
Las capacidades de innovación; flexibilidad y velocidad de adaptación de todas las instituciones han pasado de ser deseables a ser imprescindibles. El principal desafío que enfrentará toda institución es la capacidad de liderazgo de sus respectivos Conductores (en inglés: leaders) en realmente guiar a su gente en el camino de la transformación que se nos viene….con visión, convicción, honestidad y sabiduría. La transformación será cultural. Será preciso contar conLíderes de la Transformación para conducir a nuestras instituciones a una realidad que será global, digital e instantáneamente interactiva.
Fuente: Linkedin
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